lunes, 18 de abril de 2022

La Inteligencia Emocional: Competencia clave para ser competitivo en el mercado laboral actual y futuro


Todos nos hemos preguntado alguna vez por qué a algunas personas les va bien tanto en su vida personal como en su vida profesional y, en cambio, a otros parece que todo les sale mal o no logran las cosas que se proponen. Bueno, parte de la respuesta a esta interrogante la encuentras en la frase de Darwin. Este “Siglo Complejo” y evidenciado por la aparición del Covid-19 a nivel global, exige de nosotros adaptabilidad, resiliencia e inteligencia emocional. Antes de continuar, te invito a responder a estas preguntas: Si tus respuestas a las tres preguntas han sido un rotundo “SÍ”, este artículo es para ti.

Comencemos por el principio. Cuando terminaste de estudiar y comenzaste tu vida laboral, tus habilidades técnicas fueron clave y suficientes. Ellas te abrieron las puertas a las empresas. Sin embargo, después de un tiempo y en un mundo cada vez más automatizado, lo que te va a permitir seguir siendo competente y competitivo, ascender o gestionar exitosamente tu propia empresa es ser emocionalmente inteligente; es decir, dependerá de cuánto te conoces (autoconocimiento o autoconciencia), de cómo manejas tus niveles de estrés (autorregulación), de cuánto entiendes a los demás y atiendes sus necesidades (empatía) y de cómo lideras equipos de alto desempeño (habilidades sociales). Como te habrás dado cuenta, conforme vas avanzando, tu trabajo pasa de ser únicamente operativo a ser más estratégico y enfocado a las personas. Tú logras resultados a través del trabajo que realizan las personas bajo tu dirección. Y eso depende, sobre todo, de tus habilidades de liderazgo.

Los desafíos de la “Nueva Normalidad”. La pandemia nos cambió la vida de un día para otro y ha sido el catalizador de la “nueva normalidad”. Estamos inmersos, pues, en un entorno VUCA (por sus siglas en inglés: Volátil, Incierto –Uncertain-, Complejo y Ambiguo). Ya no es posible planificar a mediano plazo y menos a largo plazo. Nuestros planes pueden cambiar de un día a otro por variables externas (epidemias, cambios sociales, económicos y políticos, globalización, entre otros). Por lo tanto, lo que nos funcionó en el pasado, no necesariamente nos funciona en este entorno. Para navegar este futuro y llegar a buen puerto, se trata, pues de desarrollar nuevas competencias como la resiliencia, la flexibilidad, el trabajo colaborativo, la escucha activa, las habilidades digitales.

La resiliencia es la capacidad de superar la adversidad, aprender de ella y salir fortalecido. La flexibilidad, como las construcciones, antisísmicas, nos permite seguir de pie y buscar respuestas nuevas a problemas nuevos e inesperados. El trabajo colaborativo va más allá de los roles y estructuras jerárquicas. La escucha activa para entender lo que piensan y sienten los demás y, finalmente, las habilidades digitales para hacer un uso inteligente de la tecnología, redes sociales y minería de datos.

Emociones y calidad de vida. A diferencia de la creencia generalizada de que existen emociones positivas y negativas, estudios recientes en Neurociencia demuestran que todas las emociones son útiles. El miedo, la frustración, la tristeza, el enojo y la vergüenza, que solemos evitar, nos han permitido sobrevivir como especie (alejarnos de los depredadores) e innovar (la rueda, el uso de combustibles fósiles). Así que no le corras a esas emociones “desagradables” sino utilízalas a tu favor; y, en la medida de lo posible, procúrate emociones agradables como la alegría y la ternura porque si gozas de buena salud, si tus interrelaciones a nivel personal, familiar y laboral son equilibradas, si tu rendimiento es óptimo y si tienes calidad de vida, estás haciendo las cosas bien.

Liderazgo 3.0. No existe un estilo de liderazgo perfecto ni único Los líderes más exitosos son aquellos que son capaces de adecuar su estilo de liderazgo a cada situación y a la madurez de los miembros de su equipo. Un líder extraordinario se caracteriza por tener corazón, cabeza y agallas y por ser capaz de inspirar, guiar, orientar, comunicar, enseñar y sintonizar con las necesidades y expectativas de la gente. ¡Manos a la obra! Ahora que conoces el rol que desempeña la inteligencia emocional en tu vida personal y profesional, ¿te animas a gestionar tus emociones de manera ágil e inteligente y ser un líder 3.0?

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